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jueves, 21 de septiembre de 2017

CORAZONES ROTOS



I

Y de la razón me acuerdo
Cuando la verdad añoro,
Te contemplo,
Y el rostro al vendaval me clama tu nombre, nunca tu rostro.

Eras el signo donde dispuse de valores la realidad efectiva de mi apercepción.
Dios ha muerto.

II

Pasa las horas,
La luz y la verdad,
El diablo.

Hace entrever necias invocaciones de sal,
Habla y mentira tu rostro,
Calor humano.

III

Sangre y devoción necio te veo,
Habla sangre,
Sangra al tacto,
Dulce demencia cuando te miro...

Habló de sol cuando te miro,
Habla "nosotros" y lucha guardianes,
Invocación y gravedad,

La sangre en el mar cuando me miras.

IV

Y si hablando de Paz
Observas la sangre,
El Monte ya te aguarda insolente,
Clamando tu divinidad encarnada.

Todos los luceros me hablan de ti,
Madera en sangre.

V

El ídolo te obligó,
Ciega piedad que te llamaba,
Subiste y viste la noche
Al reir en tu viaje,
Clamando por los carros al cielo.

VII

La contemplación cálida y bendita
Que habla de ti y te nombra,
Que habla piedad y nombra tu rostro.

Necio te vuelves cuando miran el signo.

VIII

Habla e implora,
Que tomas y verde al paso,
Que sangra y negro marca la hora,
Campanada y silueta,
La devoción y la sangre,
El necio azul convenir cuando me miras
Y amanece en sangre.

IX

La voz
Tu rostro y mi hambre,
Necio mirarte y convenir,
Tu entregarte.

La noche nos sonrió en la gladiola.

X

La casa y mirar así,
Mirar y tenerte así,
Sangrar y mirarte,
Perderte y llorar la sangre que viste de noche.

XI

Habla e implora la sangre,
Despacio de fe y la noche,
También el guardián y la hondonada,
El tránsito entre la Casa y el Hombre,
Habla de paz y nombrar a las flores,
El Odio.

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