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martes, 2 de julio de 2013

A mis queridos amigos los filósofos analistas III


Que quisieran ser llamados filósofos analíticos

La razón es un producto de la lectura,
Naturaleza es interpretación en obediencia de los predicados que una enunciación, de sí por técnica escritura,
Wittgenstein
Wittgenstein (Photo credit: spanaut)
prescribe.

No hay mente sino al calce  del papel que resguarda de las letras la obediencia.
Si es usted psiquiatra es una receta.

¿Cómo señalar así todas las imágenes y constructos en quien se distiende la naturalidad de las apercepciones?

El presentarse del presente y la reconvención de la totalidad de la temporalidad en la dilusión del presentarse que la representación a su representarse elide por verdad en crédito.

¿Cómo entonces abrimos un enunciado y anudamos para exposición lógica de fundamento las relaciones totales de significación que por lenguaje reconocemos en estructura?

Realidad clara y realidad supuesta

Las instancias de la lectura en temporación de ordenaciones.

Del orden el control del discurso y la sanción de efectividad,
reconocerse en puro.

La escritura es al todo quien todo lo atraviesa.

Tiempo, historia, consciencia, todo por escritura el emplazamiento se otorga,
Luego la fe, los hechos, la memoria,
Se estructura.

Todo lo que el hombre conoce lo conoce por el signo,
Lo desconoce por la letra
Y lo descubre en esencia a la lectura del uno y lo mismo,
Historia, signo,
Después se inventa.

Experiencia calla y otorga.

A la filosofía trascendental le subyace la historiografía,
Allí después toda naturaleza.
  
Suponer la civilización emplazada por un A, un B, un C
Quien todo por clavel después lo desenvaina,

Me quedo con mi Huracán corazón del Cielo.
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