Buscar este blog

viernes, 29 de marzo de 2013

Mina en la orilla




De dentro habla quien habla y quien calle,
Sal subterrània
Sal subterrània (Photo credit: Jofre Ferrer)
Sal en piedad es compasión,

Compasión y piedad,
Salero de sal,
Sal y pasión,

Roja rota en el espejo el Corazón
Quieta,
Sangrándolo.

Enhanced by Zemanta

Escribírtelo




Si llamas en libros las estanterías estallasen así,

Una Biblioteca en llamas y la sangre ante las letras,
Sonido de paz,
Quieta inquietántica,
02-52 ¿hay alguien ahí?
02-52 ¿hay alguien ahí? (Photo credit: xmangel)
Sonido de paz y la paz en la brisa acostumbrado a mentir,

A mentírtelo
Y desolado en resguardo quieto lo mira,

Suena guardián,
Pasión quieta demente y la vanidad del ocluir,
Sentar piedad ocaso y amanecer los dos nosotros ahí,
La estantería,
Quien calle y suena demente ante las flores.


Enhanced by Zemanta

Verde Azul El viento y sus testigos



El verso es
del existir e insistir en solides del curso la inscripción
es,
un dentro, un fuera,
toda la criba que fija en uno el útil
y los destempla,
la sucia devoción del instrumento que fija del viento a tu Señor  el nombre un espejo,

tu invocación y el dedazo de tiempo
que eres en rededor quien habla y quien cayó,
la Luna quien juras;
Futuros vuelven al paso.

Solo los poetas ante el silencio del Dios
Son,
honda lejanía quien palabra apresta,
pasa y quien brilla lejanía,
refulge luego y sienta el paso de un pleno,
sonido aplastante que al claro todo lo mira
y lo resuelve en un reflejo azulado del sol.

Apunta breve, mata el resguardo,
Y todos los proyectos del tiempo y la nación
Del sonido del tiempo y todas las causas del silencio
El sur,
Verde calor en tarde bella tus ojos.
Lo miras, lo miras y sus rodillas te aplastan.

Una noche en compasión y la eternidad es aplastante,
Sus ojos y la esencia de la libertad en el Valle le miran.

El tráfico comienza.
Kukulkan at the base of the west face of the n...
Kukulkan at the base of the west face of the northern stairway of El Castillo, Chichen Itza (Photo credit: Wikipedia)

Kukulkán.-
¿Adónde vamos?

Jaguar blanco.-
La plantación de la semilla,
al ángel y al anunciarse de la tierra y su plantación.

Kukulkán.-
El depósito, todos los significantes del trabajo,
De la grama la dispersión, del cincel y la roca del diablo el paso.

Jaguar blanco.-
Sonido quieto en piel centella
Piedad aguarda sólo la roca,
Amanece claro y deslumbrante ante los hechos.

¿Son palabras felices?

Kukulkán.-
¿La Luna?

Jaguar blanco.-
Vaya principio.
Aquí entonces se discute la devoción en quien calla el comercio del templo,
La piedad que pudiste ver
Ante voz, rezando,
Es una semilla que cayó del cielo.

Kukulkán.-
La santidad, eso su sagrado,
Ellos nombran cosas impuras,

¿Y eres tú la noche quien purifica en encantos
Los versos y los hechos del padre?
Nada cae si el hombre no lo padece.

Jaguar Blanco.-
La piedra también se anuda,
Ahí en la cantera puedes ver la gravedad,
El agua se apura,
Los ojos y la contextura del todo,
¿El hombre?
Son tus ojos,
Resguardamos de la tormenta la totalidad de nuestros sueños;
Comprensiones.

Kukulkán.-
Una forma que inflige el iris en todo,
Tus ojos son la piedra misma de los afueros,
Palabra en piedad que cae y se añora.

Jaguar Blanco.-
Cruel águila, sólido infinito quien calla la paz,
Comen sus polluelos,
Y vive así todo ahí en piedad, aguardando del acecho quien calla.

Kukulkán.-
Su voz, el nido, el huracán de su persona,

Jaguar blanco.-
Tal vez la piedad allá,
Tal vez así quien calla.

¿Guardamos entonces gravedad ante el sur
O el dátil en la palmera?



Enhanced by Zemanta

Para prosas



Sabemos algo,
Un apretamiento,
Sonido en tempestad viento pasado y dime qué hago espacio quieto, en dónde templamos la noche y resguardamos secretos,
Necia vida,
Todo
Todo (Photo credit: Kasansass (bichocreativo))
Todo en piedad eternamente y bello.
La solidez de una sonrisa.

Enhanced by Zemanta

miércoles, 27 de marzo de 2013

Verde azul Sonido y valle





Kukulkán.-
Un cáncer, algo que crece,
Sonido quieto en resguardo,
Sonido quieto en papel,
Sólo ahí tiemblan asesinos.

El poder no lo siente, no lo siente,
No lo siente.[1]

Todos nosotros jugando verde valle.
Ahí[2], sin piedad,
en pasado la noche en pasado conoce quieta estampa,

Señor Uno.-
La ahuecas, sonido dividido

Señor Tres.-
¿Realidad? El espacio tiempo,

Señor Cuatro.-
El tránsito requiere de lo real en la enunciación de lo pleno.
El señorío es quien piensa en decurso la totalidad de la totalización,

Señor Seis.-
Señor es quien sistema discursos,

Kukulkán.-
¿Y qué le nombran ustedes palabra del Cristo[3]?

Señor Dos.-
Dónde.
Un suave azul acostumbrado en deseo[4],

Señor seis.-
Verde,
Calla a tarde el vuelo.

Señor tres.-
Sonido azul que tarde lo perfila,

Señor cuatro.-
Lo marca en pasado quieto y resguardo en pasado,
Otra voz,
Otro diablo,
Otra tarde venir en piel conejo,

Señor Dos.-
Piedra amarilla
Y resguardo en el paso,

Señor Seis.-
Madre conoce muchas tardes idénticas y felices,
Las noches en quien pasan la tarde las cosas
No son las cosas,
Son las cosas mismas.

Señor Cinco.-
Ahí,
quieto lucero en otro paso del tiempo.

Kukulkán[5].-
Del tiempo y el diablo osan mentir,

Señor Dos.-
No son mentiras niña, son nuestro cuerpo quien mira,
La noche,
Un jaguar,

Señor Seis.-
El pedernal en su mano
O una olla de barro,

Señor Tres.-
Los signos de tu aurora nuestro nombre y tu colocación,[6]

Señor Cuatro.-
El sueño de pasar en brazos la tarde amparando el resguardo,

Señor seis.-
El clamor amarillo azul en quien comienza el sueño,

Señor Dos.-
Los tercos apareceres, el trenzar los sueños,
La sucia colocación de oquedad y resguardo en aparecer en verdad y silencio de paso,

Señor Seis.-
Vida amarilla,
Quieto resguardo,
Una palabra quieta alada que pasa en otra tarde y otro resguardo[7],

Señor Dos.-
Así, en mentira azul lo miras,
Pasas tiempo, sucia tempestad en quien pasa el recuerdo,

Señor Seis.-
Oriente te acostumbras mentir,
Sueles sujetar así  a tus pequeños pedazo de tiempo,

Señor Uno.-
Osas pasar,

Señor Cinco.-
Osas mentir
Y entregas piedad a quien piedad te de,
Nosotros no.

Todos los señores del Sibal-ba.-
No somos ellos.

Señor Dos.-
Pasamos acostumbrada estampa en otro pedazo de piel,
En otro aparecer de pasado y de tiempo,

Señor Seis.-
Sucio clavel,
Torpe monarquía que sueña en pedazo papel la invocación de una silueta amarilla,

Señor cinco.-
El Sol,
Vuestro hijo os resguarda.

Señor Dos.-
Tú no quieres ser el vendaval de nuestra piel,

Señor Seis.-
Ahí es donde el rostro mismo es todo el pasado,

Kukulkán.-
No hay profecía sin la articulación frenética de la persona,
Un vendaval ya siempre acostumbrado a mentir,

Señor Seis.-
A sentar ocaso,

Señor Dos.-
Torpe clavel vida amarilla,

Señor cinco.-
Resguardo quieto sin pasión y oquedad,
Baila y la brilla,
Quieto resguardo la niña.

La tragedia, los signos de su noticia,
Estos acuerdos de sus señores y la brisa,
Eso que nombran en nombre y a todos nos desposee,
Emplaza.

Señor Seis.-
La ficción es sólo el mundo revelado quien se traspone.

Señor Dos.-
De la noche quien aguarda el resguardo,

Señor Cinco.-
Una vana profecía que lo delinea,

Todos los señores del Sibal-ba.-
El negro sur y el hondo valle,
Quieta piedad a quien todo lo calle,
Tu voz hermosa niña,
Tu voz y todo tu reparo de amor serán consentidos,

Señor Seis.-
Has de templar tú el verde valle,

Señor Dos.-
Así la noche nos procura en secreto tu nombre,

Señor Cinco.-
El quieto resguardo en quien todo lo miras,
Negro sur,
Oscuridad del valle,

Señor Uno.-
El rugido del jaguar blanco
Escúchalo,
Es piel tu hermano

Señor Seis.-
Y el señor de nuestros hermanos.

Todos los señores del Sibal-ba.-
El querer saber del Sibal-ba.
Conoce tu resguardo,
Lo secuestra al resguardo
Y en quieto resguardo
Invoca en devoción otra tarde,
Cualquier sur,
Palabra en piedad quien todo lo mira.

Señor Cinco.-
Así pasa la vida flotando, nombramos alguien
Así la tarde suscita el verde valle.


[1] Y esto y sólo esto es el maquiavelismo. Todo fin es sensible. La racionalidad comienza al capricho.
[2] Del ahí el así y la divisa en figura de forma quien aparece, el aparecer mismo y su nombre. Las edades del ser y la metafísica del cuerpo, la transposición de efectos. Los efectos de la transposición. Descripción y templanza del templo. La Cruz.
[3] La trascendentalidad de lo trascendente. Lo trascendente de la trascendentalidad. Nombrar y ser nombrado, palabra, ángel. Del temor los reparos, así del ángel y el temblor su espectro. Nace así el verde valle.
[4] Ahí hace al lugar del capricho el discurso de lo necesario, en la consumación lógica de la revolución: Moral y efecto, el partido a lo social. La naturalización de la socialización. El orden jurídico y el sistema.
La transposición de signo.
Las rocas, edificios invierten.
[5] Kukulkán es una posición en el principio de la palabra. Su propia palabra alada.
En paz ella vuelve, sonido quieto azul se acostumbra,
Piedad ocaso en otro tiempo alado.

De la técnica la naturalización, negra lethe.
Un fénix si la Luna aulla;
Dragones el quiste en Verde valle,
Un jaguar la sangre y sus besos.
[6] Nosotros, señores Idiotas.
[7] Todos sus huesos rotos.

Verde azul El espejo



La-Niña
La-Niña (Photo credit: Wikipedia)


Señor uno del Xibal-ba.-
El ave canta si se encanta a razón,
Del propio viento un recuerdo

Señor cuatro del Xibal-ba.-
Del canto su propia piel y devoción
Señor.

Señor seis del Xibal-ba.-
La piedra,
En llanto piedad acurrucado Señor,
Pluma en estampa que dibuja la voz,
El ave a la imaginación,
una y otra vez la sal que azota en vaguada la cascada,
el ser
del norte le deviene en ser el ser,
le viene.

Kukulkán.-
La voz
él su tormenta,
dibuja en sueño su recuerdo
la mirada,
sólo la costa le provoca el escozor ámbar de lo infinito,
el no tiene ser,
procura,
danza en ilusión su reflejo.

Señor uno de Xibal-ba:
Viento de paz que se ofrenda
Son tus ojos muchacha,
Viento de paz que hace la paz
La guerra,
Que tumba los árboles sacros y gesta en piedad
Ritos que elevan grandes hogueras.

Niña, todo recuerdo es ínfimo,

Es su piel, en cal como un muerto,
y ahí de sus gritas y agujeros,
le viene en símbolo la piel,
un hondo bello,
lo sabemos, vamos con él,

Lo que es queremos,[1]
lo queremos contigo.

Kukulkán.-
Ustedes,
ustedes me confunden con él,

yo les hablo del miedo y el hueco en el cuello,
las flechas,
si ven mis ojos lo miran a él,
es un asesino y yo los ojos,
soy un medio del sol y su arrojo,

yo les hablo de mis pequeñas y pequeños pedazos de tiempo
al papel,
pequeños pedazos infinitos,
acurrucados en violencia ante el madero,
todos ardiendo,
me lo dijo este pedazo de tiempo.

Señor uno de Xibal-ba.-
El descenso en la presión le carcome la piel,

Kukulkán.-
La tierra en él os hará temer,
como un tejón él duerme hasta media tarde
y sólo ahí, donde el sol es un espejo de sangre
él sale a olfatear el disgusto de sus huesos,

él les conoce,
les atiende sabiendo cuándo roer;
sabe suscrito en paredes de templos y mercados
su deseo,
se apega en pasado al recuerdo.

El alba no descansa en paz su suerte
de verlos en huracán pintado barro
Y drenando gente,
La piedra descansa de vosotros al sol su corazón.

¿Interpretarme?
Interpretar azul la brisa.

Mis pasos los pasos son míos,
mis pasos,
también la noche y el río,
Me apego en placer al deseo del paso,

La piedra, el chác y el ixtle, no el goce,
que reglamenta costumbres y hombres en pedazos de piel y sueño.
La piedra, el chác y el ixtle la razón,
que entumece la brisa del placer en cuchillo y yunta de arado y papel
los huesos,
no señores,
nosotros nuestros pedazos de tiempo no podemos consentirlo.


[1] “- Pues qué va a ser corazón si no es tú un recuerdo”

Enhanced by Zemanta

Viento azul

Esclavos del tiempo
Esclavos del tiempo (Photo credit: Seluel)

El destino se destina

[El qué

¿Quién es señor quien canta el paso del templo y su resguardo,
Quien la mariposa en la mira le nombra señor
Y él se despoja en vida sus plumas, fuego,
Fuego tornasol quien pliega los hechos que mira?

Canta señor su nombre. Así por la selva susurra el Bosque,
Templando en sur sangre feliz y el resguardo del Tiempo.
A un cuidado él se hace ver,
la sangre corre inocente del Bosque al suelo.

Donde el sol se puso vio el Señor un venado;
Era el cuello de un niño;
No tenía Señor porqué pisar esos Bosques.]






Señor seis del Sibal-ba.-
Los que no tenían un destino.

Kukulkán.-
La localización física del destino, el deseo, la palabra, la oquedad.

Señor Dos.-
Del arroyo en decurso la constitución de las formas
Los sonidos, los colores,
Todos los monumentos.

Las cosas, las cosas, la abducción de su comprenderse.

Señor Cinco.-
Al píe del volcán haces y te llaman,
A su piel en devoción te invocan,
Águila letal,
Flecha nevada,
Sonido sur en su color de hablar paz y mentir.

Señor Dos.-
Del hablar paz y del mentir te llaman,
Conoces paso,
El sonido sur conoce que nadie conoce el secreto,

Señor Seis.-
Un sur, conejo azul,

Todos.-
Templo vapor en cruce conocido,

Kukulkán.-
Palabras paso señores, mi ansia y la verde noche,
Calor en devoción,
Quieto el fuego, las águilas destemplaron el cielo,
Fueron el quieto emerger de la brisa en mi cuerpo.
Enhanced by Zemanta

Ustedes, los que no habrían de venir

Self Portrait
Klee, Self Portrait (Photo credit: Wikipedia)



Sin tener una noticia,
un sólido deseo,
el Sol se acostumbró en suspensión pensar la vida
Pensó dos noches el paso de su Vida,
Un solo día quedó así suspendido en recuerdo
Del paso,
A ese día nombró el Sol el día de la meditación.

Enhanced by Zemanta
Español: Dios de la Danza
Español: Dios de la Danza (Photo credit: Wikipedia)

Creo en un Dios que oculta la fe,
Un Dios que confiere piedad a quien calla y quien cobre
Y un Dios que sabe perdonar el papel y respirar la tarde
En un viento,
Un acantilado, o en el canto de su voz el hermano,
El hombre,
Sólo ahí suscitado en paso su rostro.
Enhanced by Zemanta

lunes, 25 de marzo de 2013

Ahí del metal sus sólidos vapores




Adherencia quien calla,
Sonido detrás muñecas quietas,
Son diecisiete horas ya sin pena,
Azotes,
Electrocución de genitales
Y punción de la espina dorsal.

Sólido menú quien revisas.

Bienes, posesión y propiedad El discurso y los Heráclidas




A Cynthia Maciel, salud

Hércules.-
Mantener la ambición de poder y el poder de ambición,
Este Cielo,
el diablo y todos sus ellos quietos en el suelo;
son mis manos quienes posan en justicia la razón,
soy padre palabra alada quien desata el Trueno,

Mente en pasado,
Tormenta alada
Hijo del paso,
El dragón les habla sin rostro,
Y la piel y la sangre
Y el corazón y el ángel de su señor el fuego,
Consume en recuerdo del temblor de vuestra piel
El sol.

Uno le inflige el fuego en candor,
Otro quien calla
resguarda el pasado quieto,
Habla con tigres del color y el fuego,
El dulce todo en quien todo lo brillan,
Que quiebran del bronce en acero
Y hoy,
la dulce calle en rededor ustedes y yo,
Todo lo brillan
del señor que nos desposé ahora.

El fuego, vuestros propio tiempo,
Es esta batalla que calla completa el
silencio en pasado,
en quien de esta tarde el cielo
completa su desolación,
lo apropia, el Verde Valle,
horizonte quien clama en alarido quien lo despoja;
no habrá reparos en carros de fuego para mi ángel amado.

Él mismo no recuerda ahora
El paso del todo,
Una vez clarea
Ya el aire ahí consuma todo,
Un murmullo y quieto que despoja,
Y Ustedes y yo y su señor habrán muerto una vez pase el vapor
Del sol cuyo única piedra es el fuego,
Él mismo y su castigo,
El único de ustedes que llegará
Ante el señor cual cordero.
Uno de ustedes habrá de vivir,
A ese, a usted señor, os lego.

[Los carros de fuego sustraen a Hércules de escena,
La batalla comienza]

Enhanced by Zemanta