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jueves, 26 de julio de 2012

Mitos y aventuras del papel de la escritura




De sí para consigo 
No consigo livianar la atemperatura en que tus ojos son los míos,
No consigo atemperar la sal, la gravedad y el ocaso 
en que somos los mismos,


Más viejo, más jóvenes, más antiguos.

[Yo contigo quiero secarte]
                [Yo contigo quiero solventar los sueños]

De sí para consigo no consigo livianar la atemperatura 
Donde nada es y subsiste,
Donde vamos allá en oscuro orfanato livianando las olas de la sal

-lo azul, otra cosa -
                                               […]
La llama terrible que cuesta tanto trabajo partir,
Arrancar,
llamar cada cosa en cada brisa y soñar tal vez otra noche 
En otra vida partir,

-El olvido que vela lo que ahora nunca es distante,
Ni un sueño:
[Nadie pasa –todos vienes- a la significatividad de los versos]                                                             

[- Tiresias, he aquí mi sangre,
He también mis sueños.]

Quizá más viejo, quizá ello mismo quien lo sume,
Lo adyuve, integre en aparato pleno de misterio,
De la errancia,
del rencor atado a tanto resentimiento que ya no vuelve
pero que tampoco nadie pasa,

Vida, confusión y notas,

Quien ya no vuelve nunca ha partido,
Permanece detrás de nosotros,
En algo que es todo menos la sal de la orilla. 

1 comentario:

  1. la nada es eso que ya no vuelve, aunque nunca haya partido. Eso que no sabe distinguir de quiénes son los ojos ("tus ojos son los míos")mitos de confusión...

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