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miércoles, 29 de febrero de 2012

Van Gogh - SommerabendImage via Wikipedia
Sesenta y seis vueltas perdida de nada,

De nadie,

En ningún lugar:


Lo sensible pasa por lo racional. Paso es venir del ser al ahí, esto, sensibilidad de lo existente - experiencia - ante la existencia de lo sensible, presentatividad y significancia efectiva. Quantum y Factum de lo re-presentable.


Ahí, al experimento de la experiencia [el confrontarse], el efecto se afecta: el concepto es ya el ente para sí. Sucede al pensar que se confunde, su confusión pasa al viento con la totalidad.

En tal confusión lo toma, se toma. El algo, el ente dispuesto, yace cual algo que se mide ahora. El algo que se ignora ahora, la constricción del viento, no resulta irrelevante que

Esta Historia nos abandona. Consigo confunde el sí. Consigo nos confunde en el sueño de seguir su rastro.

Lugar es el hacerse una experiencia, el hacerse es espacio-tanto, esenciarse del ser, sí lo dispuesto para el ente.

Sí es espacialidad. Lo racional subyace y prevalece. La conciencia se forma. Su formarse es caer en situación para ya siempre todo disponerlo coordinado. Así la especialidad se trascendentaliza.

Con ello la negatividad se justifica, se dispone a la posición absoluta para readecuar sus efectos. En el éxtasis del pintor ante el paisaje de lo abierto Sí devela que la Naturaleza es ese sueño; hierática ofrenda su pleno dominio cual panorama: Nada.

La situación hace que Eso, el ente, se presente ya siempre como lo absoluto indeterminado [hendido es ya siempre fundado y disponiente]. Suele pasar la temporalidad cual un sueño ante la indistinción del encuadre.

Sólo la absolución indeterminada permite distinguir de la situación, el ente mismo trascendentalizado, la imagen que ahora lo difiere, los desplaza, le proyecta su poder. Esta distinción es la libertad.

La libertad misma, trascendentalizada, ante la meditación de lo presente, olvida su fundamento, el tender bastiones que cruzan la devastación de lo negatividad –representancia. Su desear transfiere lo simbólico a lo real. Los beneficios no son la situación del escuadre.

[El historiador y la escena]

La posmodernidad es finalmente la indistinción del acto. Su nombrarse se factoriza. Cualquier certeza de posesión física de la verdad se aniquila. El espacio se difiere. La situación yace situada, es cierto, más de ahí brota la atención del siglo veinte a la significatividad total de lo existencial. De ahí la atención expectante al quiebre.

Esto indica que la existencia humana más que nunca corre en pos de la verdad, pero también señala que nunca más que nunca la existencia humana pierde ahora toda atención a la única verdad.

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1 comentario:

  1. viento de totalidades he escuchado...es extraño oírte hablar de verdades únicas...realmente muy extraño.

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