Buscar este blog

viernes, 29 de julio de 2011

Hans-George Gadamer 1


Hans-George Gadamer, Verdad y Método II, “Texto e interpretación”, p. 328-329:

"El término “texto” aparece en las lenguas modernas dentro de dos marcos diferentes. Por un lado, como texto del escrito cuya interpretación se hace en la predicación y en el magisterio eclesial, de forma que el texto representa el fundamento de la exégesis, pero la exégesis presupone unas verdades de fe. El otro uso natural de la palabra “texto” tiene relación con la música. Aquí el texto es para el canto, para la interpretación musical de las palabras. Y en ese sentido no es algo previo a la música, sino un precipitado de la realización del canto. Estas dos acepciones de la palabra texto se remontan ––ambas –– al uso lingüístico de los juristas romanos, que después de la codificación de Justiniano destacan el texto legal frente al ámbito discutible de su interpretación y aplicación. Desde entonces se echa mano de este término cuando algo no encaja bien en al experiencia y siempre que el recurso a la presunta realidad dada puede orientar para la comprensión. 

La expresión metafórica “libro de la naturaleza” se basa en lo mismo. Es el libro cuyo texto escribió Dios con su dedo y que el investigador está llamado a descifrar o hacer legible o inteligible con su exposición. Siempre que nos acercamos con una presunción primara de sentido a una realidad dada que se resiste a entrar en una expectativa de sentido, encontramos la referencia al concepto de texto. La estrecha correlación entre texto e interpretación resulta evidente teniendo en cuenta que ni siquiera un texto tradicional es siempre una realidad dada previamente a la interpretación. El esclarecimiento de esta relación interna entre interpretación y texto constituye un avance metodológico.

El avance metodológico resultante de estas observaciones hechas sobre el lenguaje consiste en que el texto debe entenderse aquí como un concepto hermenéutico. Esto significa que no se contempla desde la perspectiva de la gramática y la lingüística, es decir, como producto final al que apunta el análisis de su producción con el propósito de aclarar el mecanismo en cuya virtud funciona el lenguaje como tal, prescindiendo de todos los contenidos que transmite. Desde la perspectiva hermenéutica ––que es la perspectiva de cada lector –– el texto es un mero producto intermedio, una fase en el proceso de comprensión que encierra sin duda como tal una cierta abstracción: el aislamiento y la fijación de esta misma fase. Pero la abstracción va en la dirección inversa a la que contempla el lingüista. Éste no pretende llegar a la comprensión del tema expuesto en el texto, aclarar el funcionamiento del lenguaje al margen de lo que pueda decir el texto. Su tema no es lo que el texto comunica, sino la posibilidad de comunicarlo, los recursos semióticos para producir esta comunicación."


Tenemos dos caminos para seguir a Hans-George, el de la verdad y el del método, lo que piensa y lo que dice; y es que Gadamer nunca dejó de creer.

Su narrativa corresponde a la de la historiografía efectual, resultado de la proyección heideggeriana de lo que Gadamer comprende por “filosofía” justo en dirección al camino.

En el otro extremo, el grund donde acontece esta recepción, es el resultado de su formación de base filo-lógica.

Al caso, estas presunciones siguen amparándose al claro que ofrece el concepto de conciencia. Es a todo esto donde hemos de perforar. ¿Qué significa filosofía en Gadamer? Dice:

El término “texto” aparece en las lenguas modernas dentro de dos marcos diferentes. Por un lado, como texto del escrito cuya interpretación se hace en la predicación y en el magisterio eclesial, de forma que el texto representa el fundamento de la exégesis, pero la exégesis presupone unas verdades de fe. El otro uso natural de la palabra “texto” tiene relación con la música. Aquí el texto es para el canto, para la interpretación musical de las palabras. Y en ese sentido no es algo previo a la música, sino un precipitado de la realización del canto. Estas dos acepciones de la palabra texto se remontan ––ambas –– al uso lingüístico de los juristas romanos, que después de la codificación de Justiniano destacan el texto legal frente al ámbito discutible de su interpretación y aplicación. Desde entonces se echa mano de este término cuando algo no encaja bien en al experiencia y siempre que el recurso a la presunta realidad dada puede orientar para la comprensión. 

La escena total pintada por su narrativa aparece enmarcada en dos marcos. La diferencia de estos tendrá que ser comprendida en su carácter temporal y no así en su inmediatez sustancial. Pero entonces, de llamar a esta temporalidad una relación de compuestos diferidos, la composibilidad implicada desde la diferencia ya se suscribe en un campo de inmanencias universales. [La inmanencia que se remonta en Gadamer, la hermenéutica, ¿procede de Heidegger? ¿la inmanencia piensa las categorias?; éstas, ¿piensan el ser?] Claro que este problema es nuestro y no de Gadamer, pero es aquí que intentamos el diálogo.

El primero de los marcos diferidos nos habla de la composición materialista del texto, su posesión práctica, su conceptualización material. Aquí se haya implicada la noción de depósito o resguardo. "Texto" es “texto del escrito”. Gadamer explica que esta forma representa el fundamento de la exégesis; tal noción nos habla de los cuidados para con el texto, cuidado que en su fundamentabilidad resulta la tierra donde se haya plantado el sentido.

En el propio Gadamer la legitimidad interna de esta exégesis descansa de la exigencia a una teoría diferencial de la oralidad y la escritura.

Esto nos permite comprender que en Gadamer la filosofía antes de pretender la posesión apriorística de todas las herramientas [la crítica] lleva el tránsito de su paso a la propia historicidad. Este ingreso viene signado desde una apuesta a transitar el paso de Nietzsche. ¿Pero de qué necesidad se ha contraído esto? [Aquí la posición teórica contractualista en Gadamer y su fundamentación dialogal.] Y es que esta pregunta no resulta banal, a su claro, la metafísica y su superación, se juega la efectualiadad autoefectuada de Gadamer entre sí: su autoconciencia.

El punto de partida tiene el grado de una hipótesis metodológica: “Sólo desde el concepto de interpretación aparece el concepto de texto como algo central en la estructura de la lingüísticidad; lo que caracteriza al texto es que sólo se presenta a la comprensión en el contexto de la interpretación y aparece a su luz como una realidad dada.” Pero resulta obvio que nuestro arribo a la problemática gadameriana es de momento, respecto al primer marco de exposición, eventual. ¿qué prospectivas a nuestro transito vislumbramos de esta primera verificación?

Desde el método Gadamer puede conceptualizar la historia efectual que lleva a su propia posibilidad, una supuesta posición posmetafísica. Pero esto ¿efectivamente acontece así?

De culquier forma, el vórtice así abierto en Gadamer significa la relatividad de la hermenéutica a tres nombres; Heidegger, Derrida y Nietzsche.

Al caso del orden de nuestra inmersión, esta relatividad es la historicidad misma desde la cual haya efectuada la filosofía hermenéutica de Gadamer.

Respecto a nosotros, desde la instancia del método, se juega repuesta la esencia del diálogo.

El segundo marco diferido de Gadamer nos habla del texto en relación a la música (resulta curioso que a este segundo marco Gadamer lo denomine "el otro uso natural"). A tal sentido el texto no es un resguardo, un lugar de preservación para con el escrito. Cuando Gadamer define este aparecer intrumental como "precipitado de la realización del canto" tal sentido implica un caracter transitivo al propio ser-ahí de la textualidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario