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viernes, 8 de abril de 2011

Palabras de lo eterno

Palabras de lo eterno:

(...)(Ensayos de filosofía feliz)

Pero nosotros te aguardábamos todas las mañanas, recibíamos de ti lo que te sobraba, y te bendeciamos con agradecimiento.
Friedrich Nietzsche,
Así Habló Zarathustra, 1-1

a) De Tu rostro de muerte:

O de tu rostro sin signo ni semblante
que reclama el abrazo eterno,
el cuerpo de un joven amante o la semilla que no digiere


Pero esto, en su significante (Designor) (teoría de la referencia poética),
Se dice desde:

Y a su vuelo perdí el recuerdo
del aroma de todas tus frases.


Lo que vuela es un ave, pero ésta está inserta en los dos primeros versos:

Con tu rostro de muerte
Firmé en tus labios la sentencia del ave



b) De Pro-grama:

El espejo ante el olvido:
mi rostro, instante inundado de letras,
espacio, lo que llamo eterno
al sembrar la rosa de tormenta.


Lo eterno es el sembrar la rosa de tormenta,
El espejo ante el olvido es mi rostro,
Mi rostro es un instante inundado de letras,

Mi rostro es el propio espacio,

Él, eterno, al ser el escenario de la siembra de la rosa de tormenta.


c) De Sólo en el nivel técnico de la ingeniería:


Explotan los platillos, y las trompetas exhalan un dulce vapor de amor prohibido,
Pues los platillos son cadenas en el piso, meciéndose al ritmo de las caderas y el corazón del amor enemigo. Sólo el silencio, sólo el vació.
El corazón eterno de la creación.


Este ritmo, esta música muy jazz es un deseo. Un instante pleno de corazón. El nacimiento de un poeta.
La realización del verso, del sueño, del poema y de su canto, de su canción y su piel en la boca de la mujer amada.

El “corazón eterno de la creación” es el rostro del poeta en el olvido que de él hace el espejo, palabras que le hemos robado a la noche, y ahora el cielo tampoco se re-acuerda. El cielo no tiene memoria, no tiene cantos, no tiene poetas.  El heliotropo

Pero tienen coros de Àngeles, sus trompetas.


d) De La proscripción:

Palabras sobre la historia:

“…así que, entrégame el arma.”
“!Cierra la boca!”

[El bang! eterno que ignoramos como Historia.]

Es decir, hay un bang!, el ruido de muerte.
La eternidad que ignoramos como Historia, todo lo que sigue después del instante eterno de muerte.

Así que, “entrégame el arma”, un sampleo, un habla de una experiencia exterior, lo real, designor del verso del bang!. Paradoja auditiva como todo aquello que se pierde en la sordera del cielo, en el canto de sus ángeles sin versos, sólo ruido en armonía angelical. Un antiguo zumbido, la voz de la piel (Teoría de la onomatopeya).



e) De Confieso señor o pensar lo posible.

Ya el título conlleva un juego de palabras muy entretenido. “Soñar lo imposible”, un recuerdo del 68. Leerlo entonces “Soñar lo posible”. Un juego entre Señor y Soñar. El discurso del amo, el discurso del padre es ya el discurso de la interpretación del sueño del hombre, Calderón.
Entonces, cuando se dice “pensar lo posible”, es este el lema del hiperrealismo poético que practico. Todo esto que digo habla de mí. Soy yo mismo. Mis ideas, mis versos, mis poemas, mis exégesis. ¿Estoy loco?
No. Soy filósofo, soy poeta. ¿A quién más le puedo creer si no es a mí? Existe la confianza, es cierto, no soy escéptico, pero cómo sé quien eres tú para venirme a decir que sabes más o mejor de mí que yo mismo. ¿El Estado te facultó a ello? ¿La Facultad? ¿Esa Caverna?
Pero entonces, yo. ¿He sido ya mi propio señor?

Sabes, pero es “otra cosa”. Tu propia piel, el lugar donde se cruza el verbo y el tiempo, donde hallé mis versos.

La estrofa dice:

Soy inocente.
No amé, no pensé, no creé. Siempre he creado, un mil instantes repetidos,
en concatenación absurda y maravillosa con lo real, lo que deviene si mismo,
en la indistinción de la identidad o la culpa, del barranco del infierno, en castigo eterno,
o de las costas del divino cielo. En la tierra que palpita el ser del silencio como nueva ley.


¿Así o más claro? Soy inocente.
Inocencia es el devenir de sí mismo, es la indistinción de la identidad o la culpa. La identidad es el “barranco del infierno” (ente), la culpa es el estar de la identidad (el ser ahí), por eso el designio reza “en castigo eterno o de las costas del divino cielo”. Esta tierra, soy yo mismo, Federico Tello. Todo lo que no conocerás de mi. Mi cuerpo.


Todas estas voces vienen de él. Quien escribe es simplemente su profeta.


f) Del canto X de la Transversión al Tao:

Ignorar y desconocerlo todo,
ser el eterno retorno de la voluntad de poder.

El ser-ahí del eterno retorno de la voluntad de poder, la pequeña vanidad, se dice “ignorar y desconocerlo todo”, ser el no-saber absoluto. Piel, carne y viento abandonados a su propio silencio, a la única desolación del sí. Uno.


g) De Sin título:


El eterno retorno recuerda sus regímenes de vanidad,
palabra desgastada en auxilio del tiempo.


Este país, ahora mismo…


h) De Dramaturgia de la filología, palabras referentes al “amor”:

Donde el hombre captura el nombre secreto de los amantes,
pero también donde, según los hebreos, un dios eterno nos sepultó

1 comentario:

  1. donde fuiste voz, en los versos, rostro de ti mismo, anunciando el misterio, profeta o ángel, el silencio.A veces nada sobra en la mañana para hacer nuevos versos, lo que queda es sólo dramaturgia del cuerpo,inocencia o escepticismo donde todo soñar es imposible...

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