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martes, 26 de abril de 2011

En la ausencia del rag

Así te encontré,
inquiera e inmóvil entre las marismas de tu nombre,
De aquí allá fluyendo como el eco
Que se pierde y se huye alrededor
De un cigarrillo,
entre las huellas de la orquídea
y entre los pasos sin tiempo
del hombre por tus piernas,
por el tiempo del bosque:
el nunca saber que estamos ahí mismo,
en todo lugar donde ya nunca hemos estado:

Un suave canto escondido en la profundidad
de la noche alada de tu cuerpo.

1 comentario:

  1. el canto suave viene de la profundidad del cuerpo, ahí donde tal vez nunca hemos estado, detrás de la inquietud de un nombre...

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