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viernes, 28 de enero de 2011

Permitirlo o el nuevo imperio

Permitir que todo se diga y todo se piense, extraño juego, es cierto, pero en algún momento de los noventa se hizo realidad. Fueron diversos momentos en diversas etapas, pero ya para noventa y uno y noventa y dos se evidenciaron muchas de las ejecuciones culturales pos-guerra fría.

Lo genial de estos primeros productos culturares implicó que se trataban de producciones culturales elaboradas mucho antes de la desintegración de la Unión Soviética, pues si acaso recuerdas producciones como Nickelodeon o Nirvana, estas eran[1] ejecuciones comercializadas sólo tras la desintegración del bloque socialista.

Se encontraban ahí, claro, pero jamás habrían sido “ apoyadas” de no terminar la guerra fría. (No escribiré con mayuscula ninguna guerra, por más ridícula que sea la guerra. No, desde las guerras económicas hasta las guerras de religión)

PM: Ahí es donde todos somos Oliver Stone.

[1] “Fueron” o “ya habrían sido”, pero porque crees que puedes corregirme. No. Así como estoy así estoy. ¡Soy un texto! No importa si estoy en piedra o en el touch screen, no importa si estoy en Alabama o en Washington D.C.

1 comentario:

  1. ¡SOY UN TEXTO! PUEDES PRESTARME ESA EX-CLAMA-CIÒN?...cuando abundan las guerras ridìculas y con "letras" minúsculas, (aunque no tan frías) pienso que es extraño el juego, no tanto de decir o pensar si no de corregir. La trama ya está hecha, sólo hay que reforzarla. Besos POETA

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